Es una de las maneras de entrenar que más nos gusta, ideada en los años 30 por el jefe del equipo olímpico sueco Gosse Holmer y su nombre podría traducirse como “juego de velocidades”, donde se mezclan carreras de distintas distancias a diversas velocidades, sin el uso del cronometro y siguiendo las propias sensaciones del corredor, adaptándose al terreno por el que discurra la carrera con diferentes desniveles y obstáculos.
Si se realiza sobre terreno llano, suelen denominarlo simplemente “cambios de ritmo”.
La sesión se puede realizar básicamente por tiempos y por distancias. En el primer caso se alternan intervalos de tiempo de carrera rápida y lenta. Mientras, el segundo es conocido como “fartlek” polaco y es una adaptación del original de los suecos en el que los tramos de diferentes ritmos se determinan por distancias a recorrer. En ambos casos el volumen de trabajo no debe ser excesivo y no debería sobrepasar la hora puesto que lo que prima es la calidad.
Ejemplo de una sesión de trabajo de “fartlek”:
• 10 ó 15' de trote lento a modo de calentamiento.
• 5 ó 10' de ejercicios de saltos y tracción en función de las oportunidades que ofrezca el terreno.
• Correr a ritmo rápido durante 5' aproximadamente.
• Trotar suave de 3 a 5'.
• Realizar otro intervalo de carrera rápida de otros 5'.
• Continuar a ritmo normal, rodando otros 10' introduciendo cinco sprints de unos 100 metros cada uno.
• Realizar una cuesta a máxima velocidad.
• Trotar durante otros 10' para acabar la sesión de entrenamiento.
Mientras, los corredores noveles podrían optar por un modelo similar al siguiente, de unos 30' de duración:
• 5' de trote lento seguidos de 5' de ejercicios de saltos y gimnasia.
• Correr a ritmo rápido 3'.
• Recuperar 2' andando rápido.
• Correr a ritmo rápido 2'.
• Rodar 8' introduciendo cuatro sprints de unos 100 metros cada uno.
• Trotar o andar rápido otros 5' para cerrar la sesión.