Comer antes de una competición deportiva
La alimentación previa a la competición tiene como función prevenir la pájara, calmar el estómago y aportar energía al tejido muscular
La elección tanto del tipo de alimento como de la cantidad que se va a consumir antes de la competición depende de diversos factores físicos y psicológicos, por lo que conviene que cada deportista elija los alimentos según sus costumbres y el tipo de deporte a realizar. No obstante, existen algunas recomendaciones generales que conviene tener en cuenta.
Los hidratos de carbono son el principal combustible energético de nuestro organismo, por lo que la comida previa a la competición deportiva debe contemplar una buena dosis de alimentos ricos en carbohidratos complejos como pasta, arroz, pan, patatas o cereales. Por el contrario, conviene no abusar de los hidratos de carbono simples presentes en los alimentos dulces (zumos de frutas, azúcar, miel, fruta fresca y desecada, almíbar, caramelo, dulces, chocolate, repostería, bebidas refrescantes azucaradas y mermeladas). El consumo excesivo podría provocar un descenso de los niveles de azúcar en sangre al cabo de 60-90 minutos de ejercicio.
Algunos entrenadores recomienden llevar a cabo una sobrecarga de hidratos de carbono en los días previos a la competición. El fin último es conseguir que la cantidad de glucógeno (reserva de glucosa) en el músculo aumente y, por lo tanto, el deportista mejore su resistencia, su aguante físico.
Pautas a recordar
Ser riguroso con los horarios es tan esencial como el tipo de alimentos escogidos. La digestión de los alimentos consume energía y necesita un tiempo que hay que respetar. Es importante que la última comida previa a una competición tenga lugar entre 3 y 6 horas antes de la prueba. Conviene planificar correctamente esta última toma para que, cuando ésta comience, el deportista ya haya hecho la digestión y no sufra problemas digestivos que le mermen el rendimiento físico. Además, cuanto mayor sea el contenido energético de la ingesta, más tiempo se requerirá para digerirla. Es importante también comer y masticar despacio, así como evitar las bebidas muy frías, para conseguir una correcta digestión.
Las proteínas y sobre todo las grasas, que hacen que la digestión sea más lenta, deben estar presentes en pequeñas cantidades en la comida previa a la competición.
Contrariamente a las recomendaciones generales, en la comida previa a la competición deportiva no es aconsejable ingerir alimentos integrales o ricos en fibra, ya que pueden ocasionar molestias gastrointestinales al deportista.
Un ejemplo de menú para esta última comida sería un primer plato a base de verdura cocida seguido de un plato de pasta, arroz o legumbre (en este caso menos cantidad y acompañada de arroz, patata o verdura). El plato proteico puede ser un filete de carne poco grasa o un pescado blanco, acompañado de una guarnición de guisantes, maíz o patatas, un poco de pan. Para el postre, un yogur y una pieza de fruta (mejor que un zumo).
Aproximadamente una hora antes de la competición conviene tomar un pequeño tentempié compuesto por una bebida isotónica comercial, con un poco de pan, galletas o biscotes. Cada 15 minutos, y hasta que comience la prueba, conviene tomar más bebida para poder mantener un buen nivel de glucosa en sangre.
Si el deportista tiene que competir a las 9 de la mañana, no es necesario se levante a las 6 de la mañana para poder dejar 3 horas entre la comida y el comienzo de la prueba. Si toma una cena rica en hidratos de carbono la noche anterior, así como desayuna 2 horas antes de comenzar el ejercicio, es suficiente.
El tipo de ejercicio que se haga influirá en la elección de los alimentos. Por ejemplo, los atletas que tienen que competir corriendo son más propensos a sufrir molestias digestivas e incluso vómitos, ya que se mueven todos los órganos de arriba abajo continuamente. En estos casos, sustituir los alimentos líquidos por otros más consistentes (por ejemplo, tomar yogures en lugar de leche) puede servir de ayuda.
Tres claves
La comida ingerida antes de la competición debe atender a:
- Prevenir la hipoglucemia (bajos niveles de glucosa o azúcar en sangre), que es el paso previo a la pájara (malestar general, fatiga, mareos, náuseas y vómitos).
- Calmar el hambre y sentir la tranquilidad de que el organismo tiene suficiente combustible para afrontar la competición deportiva con el máximo rendimiento físico.
- Proporcionar energía a todo el entramado de músculos con el fin de que se acumule en forma de glucógeno (reserva de glucosa).